El Estadio Monumental de Maturín, colmado de un mar de camisetas vinotinto, palpitaba con la esperanza. Era la última noche. El último asalto para la selección de Venezuela, que dependía de sí misma para asegurar, al menos, el repechaje rumbo al Mundial de 2026. Pero lo que comenzó como un sueño electrizante, una noche que prometía ser histórica, se transformó en una pesadilla. Un resultado final de 3-6 ante Colombia, combinado con noticias desalentadoras desde otro frente, puso un final cruel a una de las eliminatorias más emocionantes que ha vivido la nación.

68c0d9e34bbbc.jpeg


Un Inicio de Sueño y el Primer Gol de la Ilusión: Apenas al minuto 3, Telasco Segovia abrió el marcador con un remate potente, desatando la locura en las gradas. La ilusión era palpable. El gol confirmó que la Vinotinto estaba lista para pelear por su destino.

hq720.jpg?sqp=-oaymwE7CK4FEIIDSFryq4qpAy0IARUAAAAAGAElAADIQj0AgKJD8AEB-AH-CYAC0AWKAgwIABABGH8gGygzMA8=&rs=AOn4CLDh8gkPAo-s3alsy76Wl23TcpJLYQ

El Intercambio de Goles y la Fuga de la Ventaja: La alegría duró poco. A los 10 minutos, Yerry Mina silenció al estadio con un cabezazo que empató el encuentro. Pero la resiliencia venezolana no se hizo esperar: tan solo dos minutos después, Josef Martínez aprovechó un rebote para volver a poner en ventaja a Venezuela, 2-1. Era un partido de ida y vuelta, con emociones a flor de piel. Sin embargo, al minuto 42, el delantero colombiano Luis Javier Suárez marcó el 2-2, dejando una sensación de incertidumbre de cara al segundo tiempo.

?url=http%3A%2F%2Fcaracol-brightspot.s3.us-west-2.amazonaws.com%2F7a%2F59%2F4d499cae43a5a38a3b4a07e1937a%2Ftamano-fotos-cms-2025-09-09t192638-992.jpg

El Histórico Póker de Luis Javier Suárez: Si la primera mitad fue un toma y dame, la segunda fue una exhibición de contundencia colombiana y un desplome defensivo de la Vinotinto. La noche se pintó con los colores de un solo protagonista: Luis Javier Suárez. El atacante se convirtió en el verdugo de la noche, firmando un póker de goles histórico al anotar a los minutos 42', 50', 59' y 67'. Sus cuatro anotaciones no solo destrozaron el marcador, sino que desmoronaron la moral de un equipo que se sentía impotente ante la avalancha de ataques. La diferencia en el terreno de juego se reflejó de manera brutal.

Luis-Suarez-4-veces-figura-en-Colombia-vs.-Venezuela.jpg

Un Último Grito de Orgullo: Con el marcador 2-5, la Vinotinto, con más corazón que cabeza, encontró una respuesta. Al minuto 76, el capitán y máximo goleador histórico, Salomón Rondón, anotó de cabeza para poner el 3-5. Aunque era un gol para la estadística, fue un grito de orgullo que mostró que la lucha no terminaba hasta el pitazo final. Sin embargo, la alegría fue efímera, ya que Jhon Córdoba selló el 6-3 al minuto 78, poniendo el punto final a la masacre.

hq720.jpg?sqp=-oaymwE7CK4FEIIDSFryq4qpAy0IARUAAAAAGAElAADIQj0AgKJD8AEB-AH-CYAC0AWKAgwIABABGFkgZSgnMA8=&rs=AOn4CLB-fCDaELH3g_Jxw2ukkocsDb3LJg

La Triste Noticia y el Adiós al Mundial: Mientras la pesadilla se consumaba en Maturín, en la altura de El Alto, Bolivia lograba una histórica victoria 1-0 sobre Brasil. Este resultado significaba que Bolivia, con 20 puntos, le arrebataba a Venezuela (18 puntos) la posición de repechaje. La matemática era cruel: la derrota, combinada con el triunfo boliviano, dejaba a la Vinotinto fuera de toda posibilidad de clasificación.

Hu_250909_Deportes_QHL_Repechaje_Conmebol.jpg

Conclusión: Una Despedida que Promete un Nuevo Amanecer El pitazo final no solo marcó el cierre de un partido, sino el de una era. Para jugadores como Salomón Rondón, fue el amargo final de su última eliminatoria. La desilusión es inmensa, y la afición, a pesar del dolor, reconoce el esfuerzo de un equipo que, por primera vez, nos hizo soñar tan alto.

Ahora, es tiempo de reflexión. El director técnico Fernando Batista, visiblemente afectado, tendrá que analizar los errores y reconstruir el camino. La derrota fue dura, pero la pasión de la afición y el talento emergente de una nueva generación de jugadores son la promesa de que este sueño, aunque se haya pospuesto, no ha terminado. Hoy lloramos, pero mañana, la esperanza volverá a encenderse.